miércoles, 15 de octubre de 2008

YO, LAICO
La laicidad es más que un derecho, es una necesidad para la convivencia.

Probablemente el laicismo es lo que más se acerca a la igualdad y a la libertad de las personas y frente al laicismo lógicamente esta la religión y está la visión conservadora y dominante de una parte de la sociedad.

A lo largo de la historia en nombre de Díos muchas veces se ha negado la libertad de pensamiento, palabra y obra. En los siglos XVIII y XIX, había una persistente persecución a lo que los modernos denominaban “libertad de conciencia”. PIO VI, GREGORIO XVI o PIO IX, fueron buenos activistas contrarios a la libertad y a la igualdad.

Los creyentes, adoptan su creencia en el ámbito personal y más allá de que lo exterioricen colectiva o asociadamente, no pueden ni deben mezclarlo con los derechos y deberes del conjunto de las personas. Es necesario separar lo político y lo civil de lo religioso para que la sociedad funcione con normas y garantías comunes a todas las personas.

Desde las religiones no sólo se busca instruir a sus seguidores en determinadas actitudes o valores, también existe la permanente tentación de extenderlo a toda la ciudadanía. En nombre de algunas religiones, cuando uno enferma debe dejarse morir, cuando uno agrede a otro debe renunciar a su defensa, también debe renunciarse al placer, a la planificación familiar, a tu voluntad vital.

El laicismo es el estado más próximo a la modernidad, a los avances de la sociedad, a la universalización de la ciudadanía. Por eso bienvenido sea este grupo, este embrión de laicos dispuesto a observar conductas y carencias y a proponer alternativas.

La Constitución Española, establece que nadie podrá ser discriminado por razón de sexo, raza o religión, razón de nacimiento u opinión. Como ocurre con otros muchos preceptos de la Constitución, en ella se establecen las bases de la igualdad y la libertad, después su desarrollo efectivo depende de la actitud ciudadana.

Quizás la primera carencia la encontramos en ella, cuando en su artículo 16 habla de la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades y añade que ninguna confesión tendrá carácter estatal y que los poderes públicos cooperarán con la iglesia católica y las demás confesiones, deja la puerta abierta al laicismo pero también a otras interpretaciones.

España es un Estado moderno, democrático, que ha recorrido en ciertos periodos buenos tramos de modernidad y democracia, pero necesita mucho más, necesita avanzar en la Libertad Sexual, La Igualdad de Género, El Derecho al aborto, El Derecho a la Planificación Familiar, La Eutanasia, La Educación para la Ciudadanía.

Estos son algunos ejemplos de los problemas que nos quedan por resolver a quienes tenemos una concepción y una asunción laica de la sociedad.

Porque en una sociedad democrática, de verdad democrática, no sólo tienen que existir normas democráticas, también se necesitan comportamientos, prácticas democráticas y también es necesario tolerancia democrática para que quien no comparta lo que tú hagas sepa respetarlo como un ejercicio de libertad, como un derecho.

El laicismo sirve para hacer de una determinada manera la política democrática y también para disponer de una formación sobre la libertad civil.

El laicismo es la cultura de la igualdad. Una igualdad a defender no solo ante las religiones, también ante conductas políticas donde unos ciudadanos tengan más derechos que otros por su ideología. Por ello el laicismo también es lo opuesto al nacionalismo, porque una cosa es ser culturalmente distintos y otra políticamente desiguales.

Quienes aspiramos a un mundo donde su ciudadanía conviva en igualdad, necesitamos ser laicos porque no hay valor ni doctrina que sea superior a la libertad y a la igualdad.

15 de Octubre de 2008

Txarli Prieto
Secretario General del PSE-EE DE ALAVA

3 comentarios:

Óscar Rodríguez Vaz dijo...

Bien Dani, tiene buena pinta. Hombre, tened en cuenta que se puede ser profundamente religioso y muy muy progresista. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Para empezar la laicidad no es un derecho señor Prieto. Antes de hablar hay que saber de qué se habla. La laicidad es el proceso mediante el cual el poder politico se emancipa de cualquier poder religioso.La laicidad propugna la neutralidad religiosa del Estado y su separacion de cualquier tinte religios y confesional. Asi mismo, la laicidad es la única garantia eficaz del derecho de libertad de conciencia, este si que es un derecho, señor Prieto, y no la laicidad como tal.

Anónimo dijo...

OSCAR RODRIGUEZ ... Qué tendrá que ver el sentimiento religioso con el progresismo??

Por cieto, esto parece más bien ALAVA DEL PSE Y LAICA

Y sería bueno que Prieto preparase un poco mejor los artículos con un poco más de conocimientod de historia y de antropología teológica.

No hace falta más progresia cino más pluralidad ... ah! y laicismo hay que defenderlo en todas partes, que en cuanto veis un musulman os acojonais


Saludos